¿Cómo sería el mundo sin transporte público?

Probablemente nunca lo hayan pensado, pero el mundo sería un lugar mucho más hostil de no ser por la existencia de los cerrajeros. Los sistemas de seguridad de todo el mundo serían más vulnerables, tendríamos que recurrir a más personas para vigilar y salvaguardar nuestras pertenencias y propiedades. Sin lugar a dudas, sería un mundo donde vivir sería una cuestión de supervivencia y donde la expectativa de vida promedio sería bastante baja.

Ahora, si bien la existencia de los vehículos ha contribuido muchísimo en nuestro crecimiento como sociedad en muchísimos aspectos; incluso más de los que se pudieran mencionar (o de los que se haya podido documentar).

Sin lugar a dudas ha tenido gran influencia en nuestras vidas, pero… ¿Qué sería del mundo si no existiera el transporte público?

Un negocio lucrativo

Muchos gobiernos del mundo han invertido cuantiosas sumas de dinero en sus sistemas de transporte público con la finalidad de garantizar a sus ciudadanos el poder llegar a su destino de la forma más rápida, cómoda, y produciendo el menor impacto en su economía personal.

De no existir el transporte público, las empresas de transporte de la actualidad tendrían un negocio mucho lucrativo. No solo podrían producir más y mejores vehículos, sino que sería una actividad exclusiva de las grandes corporaciones, por lo tanto los precios de los sistemas de transporte en sus diferentes formas representarían un gasto importante.

El sistema de transporte, en caso de estar totalmente en manos del sector privado, quizá podría estar en mejor estado en muchos países; sin embargo sería un tema donde el acceso no estaría garantizado para todas las personas, lo cual podría tornarse algo de élite de cierto modo.

Tiempos de respuesta y mantenimiento

Aunque el sistema de transporte público en la actualidad cuenta con gran soporte en muchos aspectos, son mayores las mejoras que podrían hacerse hoy en día. Los tiempos de respuesta a las quejas de los usuarios no son las ideales en estos momentos, y las necesidades de transportación son cada vez mayores, pues no solo crece la demanda sino que también existe una premura de tiempo para llegar al destino requerido.

No solo eso, se trata de que deben existir políticas que brinden un buen servicio; y eso es algo que sin duda la empresa privada podría lograr. Sin embargo, es algo que no podría estar garantizado.

Las grandes corporaciones deben evaluar los daños que podrían haber sido ocasionados en el sistema de transporte, o las unidades que las integran; eso en función de poder programar el mantenimiento necesario para poder corregir las fallas.

Lo mejor que podría ocurrir es que los gobiernos del mundo pudieran trabajar mancomunadamente para conseguir obtener mejoras en el sistema de transporte, tanto público como privado. Pues no puede existir uno sin la inversión del otro; por ende la inversión del primero no puede existir sin la capacidad de proveer soporte del segundo.